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“Tuvo lugar el jueves el acto de apertura de los cursos que la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Rosario, dicta en nuestra ciudad. La ceremonia fue presidida por el intendente municipal, doctor Eduardo Di Rocco y por el Decano de la Facultad de Ciencias Económicas, contador Eduardo Cúneo; quienes a su vez hicieron uso de la palabra.”
Así tituló el principal diario de San Nicolás la nota sobre la apertura de la extensión áulica de esa ciudad, concretada el día 5 de mayo de 1988. A 25 años de un hecho trascendental para nuestra Facultad y para centenares de jóvenes de la ciudad de San Nicolás y su zona de influencia, queremos recordar con satisfacción y con orgullo esa fecha.
Y en este recordatorio no pueden faltar aquellos que, con pasión y en forma totalmente desinteresada, pusieron la piedra fundamental de esta extensión áulica.
Ramón Salvador Hernández y Juan José Lasciandare, con sus ideales y empeño, encontraron en la Facultad de Ciencias Económicas de Rosario al Cont. Eduardo Cúneo, su primer decano electo de la democracia, quién con su capacidad, convicción y perseverancia hizo posible ese primer paso para el cumplimiento de un sueño, que rápidamente fue realidad y ya se ha transformado en un largo camino recorrido durante estos 25 años, que presagian muchos años más.
Con el apoyo de una Cooperadora creada al efecto, las clases se iniciaron en la Escuela Nº 38 con la tarea administrativa de la Sra Águeda Martínez, quién fuera la primer Secretaria, y con la coordinación del Prof. Jorge Sopeña..
Hoy las actividades se desarrollan en el moderno edificio propio de la calle Don Bosco 479, donde distintas instalaciones llevan el nombre de las cinco personas nombradas como un merecido reconocimiento a su labor.
También es de destacar el trabajo de todos los miembros de la Comisión Directiva de la Cooperadora en estos años.
San Nicolás ha sido la primer experiencia de nuestra Facultad de llevar la posibilidad de graduarse en una carrera universitaria a jóvenes que por motivos laborales o económicos no pueden viajar a Rosario. A ella siguieron las extensiones áulicas de Venado Tuerto, Casilda, Marcos Juárez y Cañada de Gómez. En el presente cuatrimestre, en todas ellas, 130 docentes dictan sus clases a 1445 alumnos.
Para terminar parece oportuno recordar las palabras del entonces Sr. Decano Eduardo Cúneo en el acto de inauguración.
“Para la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Rosario, la de hoy es una fecha trascendente. ¿Por qué hacemos esta afirmación? ¿Es acaso sobredimensionar la hermandad de ciudades pujantes de provincias?. No es sólo eso lo que caracteriza a este acto. Importante sí la iniciación de cursos. Importante sí la hermandad de provincianos. Importante sí la simbiosis en todas las manifestaciones del trabajo creador. Pero siendo esto importante hay algo más que quiero puntualizar en este evento que nos convoca y nos identifica. Hace varios años se creó la Escuela de Contadores de San Nicolás, dependiente de la Facultad de Ciencias Económicas de Rosario. ¿Qué efecto tiene el nacimiento de un centro de cultura? A no dudarlo, con él afloran expectativas de avance, de progreso y se enciende una luz promisoria que alienta vocaciones y estimula las ansias de saber.
Se gestó la escuela y dio sus primeros pasos. Pero el advenimiento de una mentalidad retrógrada la abortó. Sin vergüenza, sin conciencia y sin pudor se procedió a extinguir una esperanza, un foco de cultura, porque el régimen instaurado sentía repugnancia por la clarificación de la inteligencia y el despertar de las conciencias. Pero San Nicolás no se amilanó. Hombres de distintos sectores emprendieron la tarea de la reivindicación anhelada. Lo de hoy es un primer paso para llegar a la ansiada meta. Hoy tan solo iniciamos un curso, que es ni más ni menos que un aula de la Facultad de Rosario instalada en la ciudad de San Nicolás. Me pregunto: ¿Será este curso la antesala de la tan ansiada reapertura de la sede de Contadores de San Nicolás? La Universidad Nacional de Rosario tendrá que definir. Si el cierre decretado ha sido injusto y si así pensamos, es un deber inexcusable proceder a la efectiva reparación.”
En la parte final de su discurso, el Cont. Eduardo Cúneo se dirigió a los alumnos: “A los jóvenes que hoy comienzan sus clases quiero transmitirles algunas reflexiones introductorias a la vida universitaria. ¿Qué queremos? Formación integral del hombre, el pensamiento en acción y el trabajo fecundo. ¿Qué no queremos? El pensamiento muerto, el pensamiento atrofiado, la automaticidad, el facilismo o la demagogia. Queremos una afectiva relación docente-alumno. Esta relación jamás debe ser contradictoria, debe ser complementaria y generadora de un enriquecimiento mutuo. Grabarse bien que docente-alumno no son relaciones o términos antagónicos. Es misión del profesor descender hasta el alumno para acompañarlo a ascender. Y es misión del alumno no trabar este ascenso. Docentes y alumnos deben emprender juntos, sin alejarse, sin dividirse, el camino de la ciencia, de la verdad, de la riqueza.”
Cont. Oscar D. Martín
Secretario General